Cogidos de la mano,
Sodhu y Manjula caminan descalzos por la arena mojada mientras el sol empieza a
acercarse al horizonte. Se cruzan con varias parejas y grupos de chicos que
aprovechan la vastedad de la playa para jugar al cricket. Lo habitual que se
encuentran por esos lares. Quien les llama la atención, son dos turistas
Europeos. Dos tipos con pintas extrañas que no paran de sacar fotos sin
sentido.
El graznar de los
cuervos es la banda sonora del romance de los dos amantes. Caminando sobre la
arena húmeda, el chico pisa un excremento con su pie desnudo. La jugosa
pastosidad se desliza entre los dedos de sus pies. Desatando el olor propio del
excremento, hasta entonces encadenado en su interior. –Wohaa!- Exclama Sodhu levantando rápidamente el pie y
restregándolo por la arena fuertemente, con la intención de eliminar cualquier
rastro de heces pegado. A su lado, la chica ríe dulcemente. Miran al frente y
se dan cuenta de que, desde donde están en adelante, se vuelve más y más
difícil caminar sin poner el pie encima de una mierda. Están en la zona
chabolista de la playa, donde una multitud de indigentes han hecho de un par de
chapas sus hogares, y la arena de la playa su retrete. Entorno rodeado siempre
por sus grandes montañas de basura. Panorama que hace que la pareja decida dar
media vuelta y continuar disfrutando de su amor por donde han venido.
Los enamorados
mantienen sus miradas brillantes el uno en el otro mientras caminan, y se
susurran dulces palabras. Craso error, pues les impide ver lo que tienen a sus
pies. Tropieza y cae de bruces en el suelo, quedando su cara a escasos
centímetros de un cadáver de rata en periodo de descomposición. Un río de
deshechos procedentes de la ciudad atravesando su cuerpo, y, lo que es peor, el
pie incrustado en el perro muerto medio putrefacto que le ha hecho tropezar.
Eso le hace darse cuenta que el crujido que sintió al pisar era un hueso del perro
al romperse. El hedor que desprende todo junto se hace insoportable. Manjula
ahora mira a su chico entre asqueada y preocupada, le cuesta acercarse para
ayudarle a levantarse, tratando de no tocar ninguna parte de su chico que no
haya sido contaminada. Él decide meterse en el agua del mar, sin quitarse la
ropa, con tal de higienizarse un poco. Tras un baño rápido entre basura
flotante, decide proponerle a Manjula el fin de su tarde romántica, y le
propone recogerla al día siguiente a la misma hora, pero para ir en esta
ocasión a tomar Chai en algún bar del centro, alejados de la siniestra playa. El
sol desaparece difuminado a lo lejos, sin llegarse a ver en ningún momento
tocar el horizonte, tal vez a causa de la niebla, tal vez de la polución de la
ciudad, pero nunca se ve en Bombay el sol tocando la línea de horizonte. Y así
transcurre una tarde romántica, como otras tantas, en la playa Juhu.
Vaya cortada de rollo, pobre pareja jeje.
ResponderEliminar¿És verídic? :)
No se si a algú li ha passat, pero que et trobabes tot alló per la platja i es on ses parelles van a passar es rato si.
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