El año pasado, pasé dos meses
viviendo en la capital de Cambodia. Phnom Penh. Vivía cerca del
“Russian Market” donde, gracias a una amiga, descubrí que
preparan unos fideos bastante buenos por poco más de un dólar. Al
acercarte a la tienda, la mujer que los prepara te preguntaba si los
quieres con pollo o cerdo, y yo se los pedí sin carne. Me preguntó
que si comía huevo. Desde ese día fui allí a comer en varias
ocasiones, tal vez más de diez, hasta el punto de que la mujer, nada
más verme, me sonreía y me preguntaba “ fried noodle no meat
egg ok?” Agradecí mucho
encontrar aquel puesto de comida, ya que a menudo es difícil
entenderte con los locales para comer sin carne en un país donde
puedes encontrar como menú cerdo, pollo, saltamontes, castores o
perro entre otras cosas que no me quiero ni imaginar. Aquí tenía la
oportunidad de disfrutar una experiencia local sin renunciar al mis
convicciones y, porque no decirlo, ahorrarme un dinero, puesto que
para encontrar comida vegetariana lo mas normal es acudir a
restaurantes en los que la comida te sale por unos tres o cuatro
dólares. Que aunque pueda parecer barato para nuestro estándar, de
verdad os digo que cuando viajáis por mucho tiempo y con presupuesto
ajustado, son este tipo de ahorros los que marcan la diferencia.
Este
año, de paso en la ciudad, decidí visitar el puesto de fideos. Me
lleve una grata sorpresa al ver que habían diseñado un menú que
estaba en khmer y en inglés y en el que se incluían dos opciones
para vegetarianos. “Vegetarian fried noodle”
y “Vegetarian noodle soup”.
Además el negocio parecía irle bastante bien a la mujer, pues tenía
empleados. Tal vez sean delirios de grandeza, pero me gusta pensar
que colaboré a que ello sucediera. Ahora, en el Russian Market de
Phnom Penh, donde se junta tradición camboyana y visitantes
extranjeros, hay una opción vegetariana visible a todo el mundo y
asequible. Y funcionando como funcionan los negocios por estas zonas,
no me extrañaría que en breves todos los puesto del mercado sigan
su ejemplo. Si en lugar de haberlo pedido, hubiera tenido miedo o
vergüenza, por aquello de evitar una situación embarazosa en la que
te ofrecen algo que eres incapaz de comer, tal vez ahora todavía
sería difícil conseguir un plato vegetariano en el mercado. Eso me
hace pensar en que a veces solo hay que mostrar la necesidad para que
ocurra un cambio. Y me viene a la cabeza aquella cita de “se
el cambio que quieres ver en el mundo”. Aunque
todavía tengo que trabajar mucho en mi propia persona para creer que
soy el cambio ideal para el mundo.
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