miércoles, 27 de abril de 2011

ANTMAN: LA DECADENCIA DE UN SUPERHÉROE


  Desde luego, vivimos en una sociedad injusta. Permitir que un hombre como yo, que tanto ha hecho por ella, viva así, es lo opuesto a justicia. Me niegan cualquier tipo de prestación por jubilación porque, dicen, que no he trabajado nunca. El banco me embargó la casa por no pagar el préstamo. Un préstamo que solicité para pagarme comida y bebida. Un préstamo que, con los años, se hizo mas y mas grande. Pero viejo como soy, y sin experiencia previa, no he sido capaz de encontrar trabajo. Ahora solo me queda tambalearme por las callejas por las que solía detener a los villanos de la ciudad. Pedir alguna limosna, algo que me de para un mendrugo de pan y un poco de vino. Con eso tengo que conformarme. "Una limosna para un superhéroe". "Una monedita para quien os salvó de un accidente nuclear en el 84". "Una ayudita por haber detenido el tren descarrilado a punto de precipitarse al vacío en el 91". Así lo pido, creo que me merezco esas monedas, pero la mayoría de la gente parece ser que no lo ve así, porque no me suelen dar ni unos míseros céntimos. Además mi popularidad se ha visto menguada por culpa de los secretos de Estado. Los putos secretos de Estado. Mis mejores hazañas nunca salieron a la luz, sé muchas cosas que no sabe Assange. Y tal vez todo sería diferente si se supieran, tal vez la gente me admiraría. Pero amenazaron a mi familia cual villano si lo contaba.
  Hoy es una noche fría, por lo que hago lo que suelo hacer en las noches frías. Ir a algún bar barato e invertir unas monedas en una cerveza. Paso allí toda la noche, hasta que cierra el bar, en compañía de la misma cerveza. Mas tiempo dentro del bar, es menos tiempo en la calle arriesgándome a pillar una hipotermia.
            - Esta sociedad es injusta. - Le digo al camarero mientras doy el primer trago.
            - ¿Otra vez con lo mismo, Hormiguita? - Me llaman Hormiguita de manera burlesca. Yo hace años que no me presento con mi verdadero nombre, siempre digo que soy Antman. Al principio me molestaba que se burlaran de mi, luego me resigné, ahora me estoy acostumbrando. Soy Hormiguita, no mas Antman.
            - Pero es que... ¿Cómo va a ser esto? ¿Cómo es posible que yo esté en la calle?
            - Si trabajaras como yo no estarías así. No creas que yo lo hago por gusto. Pero las horas aquí aguantando a los borrachos me pagan el techo.
            - Lo he intentado, no creas que no, cuando vi que mis superpoderes menguaban intenté trabajar. ¿Pero, quién iba a contratar a un cuarentón sin experiencia?
            - Pues haber empezado antes. - Me dice el camarero fríamente.
            - Pero a ver, ¿Te crees que ser un superhéroe te deja tiempo para algo mas? Entonces la gente era generosa conmigo. Aceptaba donaciones y vivía de ellas. De la voluntad a cambio de salvar vidas. En veinte años acudí a la Antseñal proyectada en el cielo al instante, sin faltar ni una sola vez. Siempre acudía para atrapar a los villanos. Daba igual cuán descabellada fuera la misión que me pedían, y me la pedían porque era el único capaz de salvar a los ciudadanos. Y sin embargo mírame ahora. Soy una miserable rata de ciudad. Así me tratan...
  Fallé una vez y empezaron las críticas. Fallé dos y ya era un sinvergüenza que había abandonado a la ciudad dejándola en manos de los villanos. Gracias, medios de comunicación. Ya no se si el camarero me escucha, pero yo sigo hablando, necesito hablar.
            - ¿Sabes? A menudo pienso que me he equivocado de bando. Debería haberme unido al Duende Rojo y atracar bancos, en lugar de evitar que sean atracados. Total, es lo que ellos harían por mi. Evité tres atracos y salvé la vida del director de la entidad bancaria que me concedió el préstamo otras tantas, y nadie se apiadó de mí cuando me embargaron la casa por impago. Y me pregunto yo: ¿Quién es el villano? Tal vez el concepto que nos inculcan de bien y mal, correcto y no correcto, esté bastante distorsionado. Tal vez es todo una estrategia de un sistema que quiere que pensemos así para perpetuarse eternamente.
  Apoyo el codo en la barra y la cabeza en mi puño y me echo una cabezadita disimulada. No quiero que el camarero me eche de allí tan pronto. Un truco que aprendí en mis días de colegio, antes de que me mordiera una hormiga radiactiva y me convirtiera en Antman. Mi cabeza empieza a proyectar sueños, sueños, que en realidad son recuerdos del pasado. Esta vez el Dr. Mortis está asaltando el ayuntamiento con su súperarmadura que lanza rayos de plasma ultradescructores. Ni las armas del ejército lo pueden detener. Nada lo puede detener. Hasta que aparezco yo. Con mi piel acorazada y mi fuerza proporcional a la de una hormiga, le paro los pies. Y desearía dormir siempre para seguir viviendo esa época. Mi época dorada. Pero el camarero me despierta y me echa del bar porque tienen que cerrar. Me echan de todos lados. Soy un individuo inútil para ésta sociedad. Con lo imprescindible que había llegado a ser.
  En la calle veo la Antseñal proyectada en el cielo. Se ve que en el departamento de policía aun tienen la esperanza de que aparezca alguien que me releve. Pero no es tan fácil relevar a Antman. Rebusco en mis bolsillos y encuentro mi vieja máscara representando una hormiga. La contemplo unos segundos. La tiro a la basura. Apenas puedo caminar sin cojear, sería inútil enfrascarme en la captura de un nuevo supervillano. Voy a buscar un lugar donde refugiarme para pasar la noche. Tal vez el interior de un cajero automático. Al fin y al cabo me lo deben.    

IMAGEN 1: XMO GRAPHIC ARTIST: http://xmcreative.blogspot.com/
IMAGEN 2: Mis fotografías en DA: http://bartjarkor.deviantart.com/
  

jueves, 21 de abril de 2011

AMOR DESQUICIADO

(Mi primer relato realista, escrito ahora hace ya unos diez años, adjunto un link con el enlace al que también fue mi primer corto, ahora hace unos 3 años, inspirado en el mismo relato. En fin, si ahora tengo mucho que aprender, entonces aun mas, pero con todo le tengo cariño a este relato que fue narrado en la radio de Barcelona y su guión adaptado reconocido por mis profesores y compañeros de clase como de los mejores de clase para llevarlo a cabo como corto, por lo que me apetecía compartirlo. Gracias.)

Ya han pasado tres meses desde que la vi entrar por primera vez por la puerta de la oficina. – Es una Diosa- Pensé, y lo sigo pensando. Hace unos días que me saluda cada mañana al llegar a la oficina, son unos pocos segundos, pero es mi pequeña ración de felicidad diaria, antes de que empezara a saludarme nunca obtenía ni una miga de felicidad al día. A veces escucho las conversaciones que mantiene con sus amigas y compañeras de trabajo. A partir de ellas he descubierto que es una chica muy buena y muy lista, que son las dos cualidades que más aprecio en una persona y, si además es tan guapa como ella, la persona que las posee se convierte en una Diosa para mí. Cada día me la cruzo por el pasillo una o dos veces. Me pasa tan cerca que hasta puedo adivinar la marca de champú que utiliza. Uno de esos con aroma a naranja. Me pasa muy muy cerca pero sin embargo yo la siento tan lejos, tan intocable, no me parece que alguien como ella pueda ser de verdad. A veces pienso que estoy alucinando por la falta de sueño o que la tele me ha comido la olla y empiezo a ver cosas irreales o, incluso, que me estoy volviendo esquizofrénico, pero entonces me acerco a otro compañero de trabajo y le pregunto: - ¿Tú, también la ves verdad? – Me contesta afirmativamente y me desaparecen todas esas ideas absurdas de la cabeza.

   Ayer escuche una conversación que mantuvo con una amiga suya en un bar. El bar donde casualmente voy todas las mañanas a desayunar, desde sé que va ella. - ¿Te has enterado la noticia?- Le preguntaba su amiga sorprendida. -¿Qué noticia?- Le ha respondido mi Diosa. - Pues resulta que un enterrador de no sé que pueblo de por Castilla es necrofílico y se follaba a todas las chicas guapas que enterraba. – Le ha contado su amiga y ella se ha mantenido bastante indiferente y la ha dejado con la boca abierta cuando le ha respondido. Sinceramente yo también lo he flipado. – No lo veo tan mal, hay muchas cosas peores, al fin y al cabo ese hombre no ha hecho daño a nadie. Por que una vez muertos ya hemos abandonado el cuerpo y ya no siente nada de nada y si cuando ya no somos nada aún podemos darle la felicidad a un pobre hombre que no tiene a nadie mejor, pues, no lo veo tan tan mal. Peor es una violación. – Ella siempre tan espiritual, “el alma cambia de cuerpo cuando nos morimos”, “Esta comida está tan buena que nutre mi alma” y como éstas le he escuchado muchas frases que demuestran que tiene una creencia similar a la hindú.
  Esta tarde me he acercado a ella y la he invitado a cenar. Le he dicho que iba a invitar a más gente de la oficina, pero no es verdad, quiero pasar una noche a solas con ella, es algo que deseo mucho, es algo que me llenaría de felicidad y si al final me dice que me quiere soy capaz de morir de emoción. Por el contrario no sabría que haría cuando me hubiere rechazado.
  Al salir del trabajo me he pasado por la tienda de jardinería y he comprado un veneno letal para matar conejos devora hortalizas. He llegado a casa y lo he guardado en el segundo cajón de la cocina, justo debajo de los cubiertos. Me he puesto en seguida a preparar comida para seis personas pues, le había dicho que iba a invitar a más personas, y no he querido que descubra mis verdaderas intenciones desde el principio. Ha sido puntual, a las ocho de la tarde ha sonado el timbre de mi casa. – Eres la primera en llegar – Le he dicho para disimular. Realmente ella ha sido la primera persona que ha pisado mi casa desde hace años ya que yo siempre estoy solo. Dos horas después le he dicho que será mejor que vayamos empezando ya sabiendo que no hacía falta esperar a nadie más.
  Nos hemos sentado los dos a comer en la mesa, que estaba preparada para seis personas. Nos hemos sentado cara a cara. Nos hemos conocido bastante durante la larga cena que ha durado hasta hace a penas unas horas, hemos hablado de muchas cosas y sé que no le ha convencido mi forma de ser. Pero no me iba a rendir y he seguido con mi intención de declarar mis sentimientos hacia ella. Ha sido una oportunidad que no he podido dejar escapar. Quedarme con la duda de lo que ella pueda sentir hacia mí es lo peor que me podría pasar. Además la deseo con una fuerza muy grande, deseo tanto su cuerpo como su alma, esa preciosa cara de ángel, esas curvas de vértigo, esa inteligencia y esa gran bondad tenían que ser mías. Ella es la mujer que ilumina mi corazón, la que me quita la sed solo con mirarme, la que me da la felicidad solo con un saludo, yo sería su esclavo y haría todo lo que me pidiese por humillante que fuese, así que se lo he dicho, le he pedido si sería capaz de tener una relación de amor puro con un desgraciado como yo y me ha contestado que no. Que no... Que no...
  Me ha destrozado el corazón pero no me he rendido. Le he pedido que se acabe la cena y se ha mostrado de acuerdo. Mientras ella ha ido acabándose el segundo plato yo he ido a por el postre. Estaba desesperado, he querido tener su cuerpo y su alma, he querido poseerlo todo y no he sabido que hacer así que me he dirigido al cajón de debajo de los cubiertos, he sacado el veneno y lo he puesto encima del mostrador. Le he preparado el postre y se lo he llenado de veneno. Se lo he llevado, el helado me ha salido muy bonito, tan bonito y tan letal a la vez. Sin dudarlo le ha metido una cucharada, he notado que ponía cara de asco pero ha seguido comiendo, supongo que no quería hacerme el feo de decirme que el helado que he estado toda la tarde preparando estaba malo. Después de cuatro cucharadas se ha dado un golpe con la frente contra la mesa y ahora hace pocos minutos que ha dejado de respirar. Ahora ya es mía, mía para siempre, quería su cuerpo y su alma, pero como el alma me impedía tenerlas a ambas, he tenido que eliminarla así puedo tener al menos una de las dos cosas que más he deseado en mi vida. Su cuerpo, medio premio, pero es que era imposible tener el premio entero. Lo quería todo pero, a falta de pan, buenas son tortas. Desde esta noche en que su alma ha abandonado su cuerpo, ya tengo su consentimiento para hacer lo que quiera con ella, que permanecerá conmigo siempre. Hasta mi muerte me encargaré de conservar su belleza junto a mí. Peor habría sido una violación. ¿Verdad?. Ahora es mía para siempre, a medias pero mía. SOLO MÍA.

Os paso también un enlace al corto en Vimeo, por si queréis verlo, aunque la calidad del material es bastante regular, pero es lo que tienen los inicios: http://www.vimeo.com/8345062




miércoles, 13 de abril de 2011

CONVERSACIONES CON EL DIABLO. La agonía de la elección.

La agonía de la elección


  Estoy a punto de ir para a casa recién terminada mi tarea. Hace años que me dedico a la limpieza de escaleras, y en este edificio lo hago especialmente a gusto. Fue en el que conocí a Marina, y, tras esperarla durante meses, al acabar mi jornada para charlar un poco con ella, la semana pasada conseguí mi primera cita con ella. Y parece que fue bien. Ella vive en el segundo, y suelo verla salir a trabajar. Tengo ganas de charlar con ella unos minutos, y aun no ha salido, así que me siento a esperar un poco antes de irme a casa. A ver si tengo la oportunidad de que ilumine un poco mi oscura existencia.
  Sentado en una silla, al pie de las escaleras, saboreo un listón venenoso lleno de nicotina, pasándome la ley por el forro de los sagrados. Mientras exhalo, escucho una puerta que viene de arriba y miro por el hueco de la escalera a ver si adivino quien va a bajar.
  - ¡Cuidado, que hoy he encerado el suelo! - Grito para advertir de lo especialmente resbaladizas que están en este momento las escaleras.
  Y aun no he acabado mi mensaje de alerta, que se superpone a mi voz un grito femenino de terror. El terror que se siente al resbalar en el primer escalón de una escalera con dos pisos por debajo. Marina empieza a descender rodando. Da vueltas y mas vueltas hasta que llega a mis pies. Inerte. Muerta. Y yo que me pensaba que las películas exageraban. Me invade la desesperación y la agonía. Yace muerta ante mi la chica que recientemente me había dado un motivo para sonreír. La verdad es que me gustaba, era, sin duda, una chica especial. Me agacho, la abrazo, miro al cielo y grito:
  - ¡Dios! ¿¡Por qué ella!? ¡Llévame a mi en su lugar!
  Y en ese momento una explosión de humo sucede, seguida de un extraño olor a azufre.
  - Buenas tardes, miserable. -  Me dice de entre el humo aparecido una voz grotesca.
  - Es... ¿Es a mi? - Pregunto intentado entre ver algo o a alguien a través de la nube gris.
  - ¿Ves a alguien más por aquí cerca? - Me dice la misma voz, y tras dar un vistazo respondo:
  - No, pero... yo no soy un miserable, me gano la vida dignamente.
  - No me hagas reír. - Me dice
  - ¿Qué pasa? Vale que no tengo el mejor trabajo del mundo, ni nunca voy a vestir Dolce & Gabbana, ni conducir un buen coche, ni me podré permitir un chalet en Benidorm, pero trabajo dignamente.
  - Eres un mierdecilla, y lo sabes. - Escucho mientras se descubre ante mi, una figura colorada con grandes cuernos.
  - Pero... ¿Qué hay de aquello de que el trabajo dignifica?
  - Esa frase la inventé yo para que fracasados como tú nunca intente ser mejores. Así sois mansos y manipulables.
  - Joder, ha sido el sustento de mi vida, y ahora me dices que es mentira...
  - Claro, mierdecilla. - Me dice. - ¿Y como se te ocurre basar tu vida en una frase que no sabes ni de donde viene?
  - Es verdad, soy un mierda... - Digo afligido.
  - ¿Ves lo que te decía? - Me dice con una gran sonrisa. - Bueno, a lo que íbamos, decías que te gustaría cambiarte con ella ¿No?
  - Si... - Digo pensativo mientras acaricio mi barba.
  - Pues bien, te concedo el deseo, dame la mano y desciende conmigo al infierno, a cambio, ella vivirá.
  - ¿Cómo? ¿Así de fácil?
  - Si, así de fácil.
  - Espera, tu eres el Diablo, ¿Dónde está el truco? ¿Qué pierdo?
  - A ver... - Me dice con cierto tono irritado. - Estoy harto de que os creáis mierdas de películas o libros que hablan de mi, y no me han visto en la vida. Que por cierto, un libro, no por mas gordo es mas respetable o creíble. Yo he venido a llevarme un alma humana, y me la trae floja si es la tuya o la de la muchacha. Así que venga, si tanto quieres salvarla, vamos para el infierno, que tengo cosas que hacer.
  - Pero... ¿El infierno? ¿Por qué el infierno? Yo le estaba rogando a Dios, y, la verdad, no creo que ella mereciera el infierno.
  - Primero, ¿Qué sabrás tu de ella? A parte de que tiene un buen culo. Y segundo, Dios es un vago y no se lleva a la mitad de los que le toca llevarse, por lo que me los tengo que llevar yo. Así que, es lo que hay. ¿Te vienes conmigo o no?
  - Al infierno... - Digo pensativo.
  - No, a las islas Caimán, si te parece... ¿Es qué no me ves la cola? - Me dice haciendo girar una cola acabada en un triangulo que le sale del final de la espalda.
  - Es que... visto así, no me apetece tanto, yo creo que no me merezco esto, si yo solo trabajo y no hago mal a nadie.
  - Entonces ¿Qué crees que mereces?
  - No se... - Me lo pienso unos segundos - ¿El cielo?
  - Si, claro. Ni que fueras tan bueno. En fin, tío, has pedido un deseo y te lo puedo cumplir. ¿Vienes o no? - Me dice mientras me tiende la mano.
  - Mmm... Creo que mejor no.
  Ignoro su mano y le doy la espalda. Camino en dirección a la calle y, justo antes de atravesar la puerta, me detengo al oír su voz.
  - Entonces irás al infierno por egoísta. - Y me lo dice con cara de cabrón y una sonrisa de oreja a oreja. Es un "trolleador máximo".
  - ¿Entonces, no tengo otra opción? - Le digo volviéndome hacia él.
  - No - Me responde entre risitas.
  - No te creo, es una de tus jugarretas, pero voy a salir indemne, soy mas listo de lo que crees.
  - Claro que si, señor Limpiaescaleras Einstein. - Me dice haciéndome una referencia burlesca.
  Salgo de allí. Voy por la calle destino a casa intentando olvidar tan terrible encuentro. Intento pensar en otras cosas y distraigo mi mente. Me evado de mi entorno hasta que, de repente, un grito de una señora me hace volver a la realidad. Es un grito de pánico procedente de arriba, de alguna terraza que hay por encima de mi cabeza. Miro hacia arriba y lo último que veo en mi vida es una enorme maceta de roca en dirección a mi frente. El diablo se lleva a dos. 


IMAGEN 1: Santi Casas: http://santideikari.blogspot.com/
IMAGEN 2: Trollface en google. 


jueves, 7 de abril de 2011

DESTINO IGNORADO

(Relato presentado al concurso de microrrelatos de renfe)

El viaje es ajetreado, las curvas bruscas, el temporal hace tambalearse el vehículo entero. Mi vagón está lleno de gente molesta. Algunos hablan demasiado alto, otros tienen ganas de hacerme caer, creyendo, falsamente, poder ocupar mi lugar.

  Aún así, me levanto y voy al vagón bar. Con una cerveza en mano, analizo la sociedad que me envuelve y me parece ruin e hipócrita. Pero yo hago un esfuerzo por buscar a aquellas personas que me aportan algo bueno, una sensación positiva, pues, si el destino de todos es la muerte: ¿Qué mejor que intentar disfrutar del viaje?

sábado, 2 de abril de 2011

FANTASÍA SEXUAL


 Allí estoy, la tengo a punto, vestida con su túnica azul celeste, su corona brillante y su velo blanco. Me acerco a ella y le acaricio la mejilla, me acaricia la mía con su mano izquierda, mientras baja con la derecha, recorriendo mi torso sensualmente, mas abajo de la cintura, hasta entrar en contacto con mi íntima entrepierna.
            - Espera, espera, para, no, así no... - Le digo mientras detengo su mano antes de que rodee mi pene por completo.
            - ¿Qué? - Me pregunta.
            - Pues... que así no... que esa no es la actitud que estoy buscando. - Le explico.
            - Pues a ver... ¿Que quieres? - Me dice en un tono maleducado y desagradable.
            - A mi me pone la inocencia, la puerilidad de una virgen ante la situación sexual, la pureza...
            - Bueno, por supuesto, virgen, lo que se dice virgen, no soy, no se si puedo hacer alguna otra cosa al respecto, pero eso no lo voy a cambiar, la magia nunca fue mi fuerte, así que, tu dirás. -  Me dice interrumpiendo mi explicación.
            - Ok, de acuerdo, pero algo podrás hacer... - Le digo mientras pienso las palabras mas adecuadas para describirle lo que busco.
            - Pues... - Piensa unos segundos - ¿Qué tal si te devuelvo la pasta y se lo propones a otra? - Me propone.
            - No, es que a mi me gustas tú. - Le digo mirándola fijamente a los ojos.
            - Pero es que la interpretación nunca ha sido lo mío...
            - Por favor, haz un esfuerzo. - Le ruego.
            - De acuerdo, lo intentaré.
  Vuelvo a acercarme a ella, la acaricio, le voy quitando la ropa, poco a poco, dejo al descubierto sus protuberantes pechos y acaricio sus oscuros pezones con la lengua, los mordisqueo y, gracias a Dios, ella sigue manteniendo su actitud inocente. Continúo desnudándola, retiro su bata, su capucha, su velo, y la tumbo en la cama. Espera a que se lo indique con una caricia, para abrir su entrepierna y ofrecerme el orificio que te lleva al paraíso. Mi entrepierna se endurece cual marfil. Empieza la danza y el movimiento va y viene, escondiendo y descubriendo la barra de marfil carnoso una y otra vez.
  Todo esta yendo a la perfección hasta que ella empieza a gemir y a fingir placer como una vulgar prostituta. Que, bueno, es lo que es. Pero le pago para que no se comporte así, precisamente. Eso no funciona conmigo, yo busco algo mas sofisticado y menos pecaminoso. Tal actitud me provoca el efecto contrario al deseado, así que, conforme ella aumenta el volumen de sus gemidos, yo noto como disminuye el de mi polla.
            - ¡No! ¡Así no! ¡¿Pero que parte de virginal e inocente no has entendido?! - Grito totalmente enojado.
            - Pero, ¿Qué he hecho mal? - Me pregunta extrañada.
            - ¿¡Tú crees que una virgen gemiría de esta manera!? - Le digo totalmente fuera de mis casillas.
            - Oye, pues no se... es la costumbre... ya te dije que igual era mejor que te buscaras a otra...
            - Esta bien - Le digo - Entonces devuélveme el dinero, como habías dicho. - Le propongo.
            - ¿¡Qué!? - Me pregunta totalmente exaltada, la muy puta.
            - Que me des el dinero, me habías dicho que me dabas la pasta para que me busque a otra que haga lo que tu no sabes hacer...
            - Claro, pero eso era antes de que me penetraras y me hicieras perder media hora, si tienes un gatillazo no es cosa mía...
            - ¿¡Cómo te atreves..!? ¡Devuélveme mi dinero!
            - Venga hombre, ni de coña, además dudo de que sea tuyo...
            - ¿¡Qué!? - Cada vez estoy mas cabreado.
            - Pues que seguro que es el dinero de los devotos... ¿Quién sino un cura iba a tener a una especie de virgen María como fantasía sexual?
            - ¿¡Pero cómo te atreves!? ¡Devuélveme mi dinero, zorra ladrona! - Le grito a la vez que me abalanzo sobre ella.
            - ¡Mira quien habla! - Me dice mientras forcejea para librarse de mí.
            - Si es que... ¿¡Cómo te atreves a llamarme ladrón?! ¡Eso es pecado!
            - ¿Y ir de putas, no? ¡Ahora suéltame, o empiezo a gritar!
  La suelto, un escándalo aquí es lo último que me interesa si no quiero que me obliguen a colgar los hábitos.
            - Está bien, pero no pienso volver. - Le advierto.
            - Eso espero. - Me dice a la vez que me lanza un corte de manga.

Ya en el coche, recupero mi clergyman y me pongo el alzacuellos. Solo espero que todo quede aquí y no volver a saber nada de esa sucia mujer. 


Imagen cedida de la niña de las flores: http://laninadelasflores.blogspot.com/