El individuo catalán no es un ser
normal. Que no os engañen. Todas esas muestras de odio y desprecio
hacia el catalán no son gratuitas ni infundadas por ninguna
ideología oculta tras cerebros poco entrenados. No. Es puro sentido
común de personas inteligentes con un inocente amor a su país.
Porque el catalán se merece el mayor de los odios. El catalán se ha
ganado en su contra cualquier movilización y manifestación de un
sector de la población que suele estar callado, pero que no podía
tolerar al catalán.
Y es que el catalán no solo quiere
la independencia y utiliza a sus hijos como escudo humano ante las
amenazas de los profesionales de la seguridad y del orden que solo
hacen su trabajo. El catalán es un ser terrible que te escupe a la
cara cuando le hablas español, tu maravillosa lengua, y no solo te
escupe a ti, sino que escupe también a toda tu familia y amigos solo
porque le has hablado tu lengua, esa que también es la suya aunque
no quiera. El catalán sale por la noche a quemar contenedores porque
le gusta revolcarse en los montones de basura por el suelo como si
fuera un cerdo mientras se masturba imaginando a niños menores
ondeando una estelada vestidos con minifaldas. Después de eso, se va
a dormir, y para curarse la resaca desayuna fetos que se reparten en
las clínicas abortistas, bañados en leche de soja. ¡Puta leche de
soja! Pues ya sabemos que el catalán, como si estuviera en Sodoma y
Gomorra, vive en una constante orgía sin condón, expandiendo
sífilis, ladillas, sida y gonorrea, y por eso reclaman con tanto
ímpetu que el aborto sea libre y gratuito. Para poder seguir
follando como perras. Porque claro, todas las catalanas son unas
guarras, acorde a su sociedad infecta.
Hasta no hace mucho eran el despojo
de España. La buena España tenía ahí un pequeño grano en el
ojete, pero no suponía mucho peligro. Además podía insultarle y
reírse de ellos. Estaban apaciguados viviendo sus orgías bisexuales
en sus sucias calles del Raval entre colillas de porros y litronas
Xibeca sin hacer daño a nadie. Pero de repente surgió un líder. Un
hombre con cara cuadrada que solo come fetos cuando son abortados por
adolescentes. Un líder que despertó en los sucios despojos humanos
que son los catalanes una energía muy poderosa, una energía que ha
concentrado con el único objetivo de hacerse más grandes y venir
así a por el resto de España a violar a sus mujeres, comerse sus
fetos, y lo que es peor: hablarnos catalán. Esa energía es un
virus muy maligno que parece ser contagioso, y por ello es necesario
erradicar. Hay que atacar al problema de raíz, y no importa que sean
ancianos o niños, pues están adoctrinados y no se puede dialogar
con ellos. Así, lo que era un simple grano en el ojete, se ha
convertido en un cáncer que se extiende por el colon y está
llegando al estómago de la buena España. Esa que solo quiere vivir
patriota y pacíficamente.
Pero que no cunda el pánico. No todo
está perdido. De toda España se juntan superhéroes patriotas. Algo
así como el capitán América, pero con un águila negra en lugar de
una blanca. Desde Toledo hasta Murcia, se organizan en grupos para ir
a acabar con la basura catalana y evitar así que ese virus
independentista se expanda y llegue a la España de bien y viole a
sus mujeres. Un despliegue totalmente necesario y proporcionado de
las fuerzas de represión underground del estado. Unas fuerzas, que
por supuesto piensan por si mismas y no están nada adoctrinadas ni
movidas por el tema de moda del que no para de hablarse por la tele
cual minuto de odio en 1984. Estás fuerzas patriotas de bien son el
último recurso, pues nunca antes se habían movilizado a este nivel.
Ni cuando los políticos fragmentaban los recursos destinados a los
gastos sociales, provocando así muertes por desatención médica,
frio por pérdida de vivienda o suicidios por presión económica.
Pero eso no era un mal suficientemente grande para la movilización
de los patriotas de bien. Porque lo que hacen los catalanes es
anticonstitucional, no como sus banderas del águila, o los rescates
bancarios, para los cuales tuvo que modificarse esa constitución
sagrada. Ni siquiera se movilizaron a este nivel cuando ETA mataba a
españoles de bien allá en los noventa. Esta masa patria solo se
utiliza en contra de la más terrible de las amenazas, y ésa es el
asqueroso y sucio come fetos catalán, sobretodo desde que se ha
hecho con las urnas de destrucción masiva.