viernes, 1 de febrero de 2013

UNA TARDE ROMÁNTICA EN BOMBAY



 Son las dos de la tarde, y Sodhu espera impaciente a que su chica, Manjula, salga de sus clases. La escuela no queda lejos la playa de Juhu, Bombay. Hogar de muchas estrellas de Bollywood y lugar relativamente tranquilo en contraste con la trepidante locura que se vive en el interior de la gran ciudad.
  Cogidos de la mano, Sodhu y Manjula caminan descalzos por la arena mojada mientras el sol empieza a acercarse al horizonte. Se cruzan con varias parejas y grupos de chicos que aprovechan la vastedad de la playa para jugar al cricket. Lo habitual que se encuentran por esos lares. Quien les llama la atención, son dos turistas Europeos. Dos tipos con pintas extrañas que no paran de sacar fotos sin sentido.
  El graznar de los cuervos es la banda sonora del romance de los dos amantes. Caminando sobre la arena húmeda, el chico pisa un excremento con su pie desnudo. La jugosa pastosidad se desliza entre los dedos de sus pies. Desatando el olor propio del excremento, hasta entonces encadenado en su interior. –Wohaa!- Exclama Sodhu levantando rápidamente el pie y restregándolo por la arena fuertemente, con la intención de eliminar cualquier rastro de heces pegado. A su lado, la chica ríe dulcemente. Miran al frente y se dan cuenta de que, desde donde están en adelante, se vuelve más y más difícil caminar sin poner el pie encima de una mierda. Están en la zona chabolista de la playa, donde una multitud de indigentes han hecho de un par de chapas sus hogares, y la arena de la playa su retrete. Entorno rodeado siempre por sus grandes montañas de basura. Panorama que hace que la pareja decida dar media vuelta y continuar disfrutando de su amor por donde han venido.
  Los enamorados mantienen sus miradas brillantes el uno en el otro mientras caminan, y se susurran dulces palabras. Craso error, pues les impide ver lo que tienen a sus pies. Tropieza y cae de bruces en el suelo, quedando su cara a escasos centímetros de un cadáver de rata en periodo de descomposición. Un río de deshechos procedentes de la ciudad atravesando su cuerpo, y, lo que es peor, el pie incrustado en el perro muerto medio putrefacto que le ha hecho tropezar. Eso le hace darse cuenta que el crujido que sintió al pisar era un hueso del perro al romperse. El hedor que desprende todo junto se hace insoportable. Manjula ahora mira a su chico entre asqueada y preocupada, le cuesta acercarse para ayudarle a levantarse, tratando de no tocar ninguna parte de su chico que no haya sido contaminada. Él decide meterse en el agua del mar, sin quitarse la ropa, con tal de higienizarse un poco. Tras un baño rápido entre basura flotante, decide proponerle a Manjula el fin de su tarde romántica, y le propone recogerla al día siguiente a la misma hora, pero para ir en esta ocasión a tomar Chai en algún bar del centro, alejados de la siniestra playa. El sol desaparece difuminado a lo lejos, sin llegarse a ver en ningún momento tocar el horizonte, tal vez a causa de la niebla, tal vez de la polución de la ciudad, pero nunca se ve en Bombay el sol tocando la línea de horizonte. Y así transcurre una tarde romántica, como otras tantas, en la playa Juhu. 

2 comentarios:

  1. Vaya cortada de rollo, pobre pareja jeje.
    ¿És verídic? :)

    ResponderEliminar
  2. No se si a algú li ha passat, pero que et trobabes tot alló per la platja i es on ses parelles van a passar es rato si.

    ResponderEliminar