domingo, 2 de agosto de 2015

CARA B

Ibiza, esa isla conocida por sus fiestas, sus playas y su diversión. Esa isla en la que los garitos presumen de conseguir cualquier cosa que desees, siempre y cuando puedas pagarlo, claro. Ese lugar de caras festivas, alegres, disfrutando de la vida nocturna a tope y relajándose durante el día en sus playas de agua cristalina. A ritmo de música electrónica en su cara A. Pero le damos la vuelta al disco y la música es bien distinta, porque toda esa fiesta y disfrute no se genera sola. En la cara B están los artífices, rostros cansados que salen de sus trabajos de madrugada y con dolor de piernas. Son los rostros que no saldrán en google cuando buscas Ibiza. A las dos de la madrugada los puedes ver en los barrios paseando a sus perros, todavía con sus uniformes de camareros, o limpiadores o pantalones a cuadros de haber salido de una cocina. Con las placas identificativas todavía colgadas de sus camisas. Placas en las que aparece su nombre y el de la empresa a la que entregan su juventud a cambio de un salario al mes. Estos son los rostros de la cara B, pálidos por no haber tenido tiempo ni energía para ir a la playa, a pesar de tenerla a diez minutos, serios, cansados de sonreír hipócritamente a sus clientes por exigencias del contrato. Rostros decepcionados que una vez soñaron ser futbolistas, estrellas de la música, o de la televisión, pero crecieron. Crecieron y soñaron en ser abogados, arquitectos, biólogos o escritores, pero maduraron. Maduraron y se ven atrapados en sus rutinarias jornadas que les absorben el tempo para perseguir sus sueños, y se encuentran con sus semejantes, hay complicidad, se abrazan, pasean al perro por las noches y tienen su pequeña recompensa.  

1 comentario:

  1. Es lo de siempre, para que unos disfruten de las vacaciones soñadas, otros sufren unas vacaciones sin sueños. Está bien tomar conciencia y recordarlo.

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