miércoles, 13 de abril de 2011

CONVERSACIONES CON EL DIABLO. La agonía de la elección.

La agonía de la elección


  Estoy a punto de ir para a casa recién terminada mi tarea. Hace años que me dedico a la limpieza de escaleras, y en este edificio lo hago especialmente a gusto. Fue en el que conocí a Marina, y, tras esperarla durante meses, al acabar mi jornada para charlar un poco con ella, la semana pasada conseguí mi primera cita con ella. Y parece que fue bien. Ella vive en el segundo, y suelo verla salir a trabajar. Tengo ganas de charlar con ella unos minutos, y aun no ha salido, así que me siento a esperar un poco antes de irme a casa. A ver si tengo la oportunidad de que ilumine un poco mi oscura existencia.
  Sentado en una silla, al pie de las escaleras, saboreo un listón venenoso lleno de nicotina, pasándome la ley por el forro de los sagrados. Mientras exhalo, escucho una puerta que viene de arriba y miro por el hueco de la escalera a ver si adivino quien va a bajar.
  - ¡Cuidado, que hoy he encerado el suelo! - Grito para advertir de lo especialmente resbaladizas que están en este momento las escaleras.
  Y aun no he acabado mi mensaje de alerta, que se superpone a mi voz un grito femenino de terror. El terror que se siente al resbalar en el primer escalón de una escalera con dos pisos por debajo. Marina empieza a descender rodando. Da vueltas y mas vueltas hasta que llega a mis pies. Inerte. Muerta. Y yo que me pensaba que las películas exageraban. Me invade la desesperación y la agonía. Yace muerta ante mi la chica que recientemente me había dado un motivo para sonreír. La verdad es que me gustaba, era, sin duda, una chica especial. Me agacho, la abrazo, miro al cielo y grito:
  - ¡Dios! ¿¡Por qué ella!? ¡Llévame a mi en su lugar!
  Y en ese momento una explosión de humo sucede, seguida de un extraño olor a azufre.
  - Buenas tardes, miserable. -  Me dice de entre el humo aparecido una voz grotesca.
  - Es... ¿Es a mi? - Pregunto intentado entre ver algo o a alguien a través de la nube gris.
  - ¿Ves a alguien más por aquí cerca? - Me dice la misma voz, y tras dar un vistazo respondo:
  - No, pero... yo no soy un miserable, me gano la vida dignamente.
  - No me hagas reír. - Me dice
  - ¿Qué pasa? Vale que no tengo el mejor trabajo del mundo, ni nunca voy a vestir Dolce & Gabbana, ni conducir un buen coche, ni me podré permitir un chalet en Benidorm, pero trabajo dignamente.
  - Eres un mierdecilla, y lo sabes. - Escucho mientras se descubre ante mi, una figura colorada con grandes cuernos.
  - Pero... ¿Qué hay de aquello de que el trabajo dignifica?
  - Esa frase la inventé yo para que fracasados como tú nunca intente ser mejores. Así sois mansos y manipulables.
  - Joder, ha sido el sustento de mi vida, y ahora me dices que es mentira...
  - Claro, mierdecilla. - Me dice. - ¿Y como se te ocurre basar tu vida en una frase que no sabes ni de donde viene?
  - Es verdad, soy un mierda... - Digo afligido.
  - ¿Ves lo que te decía? - Me dice con una gran sonrisa. - Bueno, a lo que íbamos, decías que te gustaría cambiarte con ella ¿No?
  - Si... - Digo pensativo mientras acaricio mi barba.
  - Pues bien, te concedo el deseo, dame la mano y desciende conmigo al infierno, a cambio, ella vivirá.
  - ¿Cómo? ¿Así de fácil?
  - Si, así de fácil.
  - Espera, tu eres el Diablo, ¿Dónde está el truco? ¿Qué pierdo?
  - A ver... - Me dice con cierto tono irritado. - Estoy harto de que os creáis mierdas de películas o libros que hablan de mi, y no me han visto en la vida. Que por cierto, un libro, no por mas gordo es mas respetable o creíble. Yo he venido a llevarme un alma humana, y me la trae floja si es la tuya o la de la muchacha. Así que venga, si tanto quieres salvarla, vamos para el infierno, que tengo cosas que hacer.
  - Pero... ¿El infierno? ¿Por qué el infierno? Yo le estaba rogando a Dios, y, la verdad, no creo que ella mereciera el infierno.
  - Primero, ¿Qué sabrás tu de ella? A parte de que tiene un buen culo. Y segundo, Dios es un vago y no se lleva a la mitad de los que le toca llevarse, por lo que me los tengo que llevar yo. Así que, es lo que hay. ¿Te vienes conmigo o no?
  - Al infierno... - Digo pensativo.
  - No, a las islas Caimán, si te parece... ¿Es qué no me ves la cola? - Me dice haciendo girar una cola acabada en un triangulo que le sale del final de la espalda.
  - Es que... visto así, no me apetece tanto, yo creo que no me merezco esto, si yo solo trabajo y no hago mal a nadie.
  - Entonces ¿Qué crees que mereces?
  - No se... - Me lo pienso unos segundos - ¿El cielo?
  - Si, claro. Ni que fueras tan bueno. En fin, tío, has pedido un deseo y te lo puedo cumplir. ¿Vienes o no? - Me dice mientras me tiende la mano.
  - Mmm... Creo que mejor no.
  Ignoro su mano y le doy la espalda. Camino en dirección a la calle y, justo antes de atravesar la puerta, me detengo al oír su voz.
  - Entonces irás al infierno por egoísta. - Y me lo dice con cara de cabrón y una sonrisa de oreja a oreja. Es un "trolleador máximo".
  - ¿Entonces, no tengo otra opción? - Le digo volviéndome hacia él.
  - No - Me responde entre risitas.
  - No te creo, es una de tus jugarretas, pero voy a salir indemne, soy mas listo de lo que crees.
  - Claro que si, señor Limpiaescaleras Einstein. - Me dice haciéndome una referencia burlesca.
  Salgo de allí. Voy por la calle destino a casa intentando olvidar tan terrible encuentro. Intento pensar en otras cosas y distraigo mi mente. Me evado de mi entorno hasta que, de repente, un grito de una señora me hace volver a la realidad. Es un grito de pánico procedente de arriba, de alguna terraza que hay por encima de mi cabeza. Miro hacia arriba y lo último que veo en mi vida es una enorme maceta de roca en dirección a mi frente. El diablo se lleva a dos. 


IMAGEN 1: Santi Casas: http://santideikari.blogspot.com/
IMAGEN 2: Trollface en google. 


8 comentarios:

  1. ¡Qué putada!Pobre diablo, siempre lo maltratáis y le dais el papel del malo. Y yo que escribí un libro (inédito porque me robaron el ordenador y el borrador en un bar, y no he querido volverlo a reescribir) en el que el diablo era el bueno de la película que se rebelaba contra un ser (dios) tiránico y soberbio, y al perder la batalla era expulsado de su planeta a otro lejano, que sus moradores - muy poco evolucionados - llamaban Tierra.
    Saludos, y un abrazo.

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  2. Jeje, bueno, en este caso no es que sea estrictamente el malo, si te fijas se deja entrever que es mas o menos "colega de curro de Dios". Ni bueno ni malo, simplemente alguien que hace su trabajo.
    Por cierto, muy interesante tu punto de vista del asunto.
    Saludos.

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  3. Si es que antes de abrir la boca hay que pensar muy bien lo que se va a decir, y lo digo con conocimiento de causa. Yo B.Art en uno de mis relatos digo que voy a ir al infierno (por "buena") pero que pensándolo bien no dolerá porque ya voy a ir quemada (me icinerarán) y además allí o podrás criticar y ser criticado, comer y darle a todos los vicios (que no los digo para quedar como una señora) sin castigo, pues que me vas a contar del diablo, yo creo que sí que realmente lo han engañado para hacer el trabajo sucio, pero es que alguien tiene que hacerlo. Después de todo esto, es que me has inspirado, te digo que la historia es buena y divertida. Un beso.

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  4. Tanto ella como él no van al infierno. El Diablo intentaba llevarse al menos 1 alma, pero no lo consiguió porque él sospechó de Él. Nadie debe cambiarse al lugar del otro(es pecado y además que cada palo aguante su vela), sino ayudarle lo que pueda y quiera. Dios se llevó a ambos porque eran buenos y aquí sólo les esperaba un futuro de sufrimiento y desdicha pues no eran lo suficiente fuertes.

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