Nuestras
lenguas enzarzadas,
como
en una pelea dos felinos,
nuestras
manos entrelazadas,
nuestros
espíritus unidos.
Saboreo
tus sales expulsadas,
alrededor
de los pezones en giro,
humedezco
una concepción cicatrizada,
un
poco más abajo del ombligo.
Y
sigo.
Sigo
bajando y allí llego,
al
abrirse sus piernas me invitan,
poco
a poco hundo el dedo,
sintiendo
el intenso sabor,
poco
a poco vuelvo al beso,
con
su sonrisa me anima,
poco
a poco la penetro,
y
con placer empieza la fricción,
y a continuación,
a
continuación llega la repetición,
cómo
el océano en calma al principio,
gradualmente
se levanta el ciclón,
estruendosas
olas contra el precipicio.
Tras
varias olas la explosión,
de
la tormenta solo queda un indicio,
es
el galopar de éste, nuestro corazón,
que reduce hasta quedarnos dormidos.
Ñoño? Això es poesia de adultos! jeje
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